En Nombre de la Coalición Ciudadana Anti-Incineración nos dirigimos a usted, para informarle de los riesgos que generan la incineración de residuos y de la responsabilidad de quienes proveen residuos a estos incineradores.Responsabilidad de los Generadores de Residuos Patológicos
Capítulo IV de la Ley 24.051.Art. 22.- Todo generador de residuos peligrosos es responsable, en calidad de dueño de los mismos, de todos los daños producidos por estos, en los términos del cap. VII de la presente Ley.Capitulo VII: DE LAS RESPONSABILIDADESArt. 47.- El dueño o guardián de los residuos peligrosos no se exime de responsabilidad por demostrar la culpa de un tercero de quien no debe responder, cuya acción pudo ser evitada con el empleo del debido cuidado y atendiendo a las circunstancias del caso.Art. 48.- La responsabilidad del generador por los daños ocasionados por los residuos peligrosos no desaparece por la transformación, especificación, desarrollo, evolución o tratamientos de éstos, a excepción de aquellos daños causados por la mayor peligrosidad que un determinado residuo adquiere como consecuencia de un tratamiento defectuoso realizado en la planta de tratamiento o disposición final.
Qué implica la incineración de residuos tóxicos?
La incineración, como tecnología de tratamiento y disposición final de residuos peligrosos, está siendo cuestionada cada vez más por la creciente evidencia científica que vincula algunas de sus emisiones con graves efectos sobre la salud humana: defectos en el sistema inmunológico, malformaciones congénitas, distintos tipos de cáncer, problemas en el sistema nervioso, etcétera.Las incertidumbres sobre la tecnología de la incineración, así como la creciente evidencia sobre los efectos de sus emisiones sobre la salud deben servir para que se tomen medidas inmediatas tendientes a impedir la migración masiva de esta tecnología a la Argentina.
Emisiones y residuos de las incineradoras
La incineración de residuos peligrosos a altas temperaturas libera al medio ambiente residuos sin quemar, metales pesados, y productos de combustión incompleta (PICs) - compuestos que se forman durante el proceso de incineración-. Estos contaminantes se distribuyen en el medio ambiente por los siguientes caminos:- emisiones de la chimenea;- emisiones fugitivas;- cenizas de fondo y volantes;- efluentes provenientes de los dispositivos de control de la contaminación (torre lavadora de gases, filtros, quench);- derrames que puedan ocurrir en el lugar o durante el transporte de los residuos.Si además existen filtraciones, pérdidas, o accidentes durante el transporte habrá más emisiones de compuestos tóxicos al ambiente.Además de quemar residuos, los incineradores los producen: cenizas de fondo que quedan en el incinerador, cenizas volantes que son capturadas por los dispositivos de control de la contaminación y efluentes líquidos provenientes de la planta de lavado de gases.Cuanto más efectivos son estos dispositivos en evitar que los compuestos tóxicos salgan por la chimenea, más contaminados serán los residuos del incinerador (cenizas y efluentes). Las cenizas deben ser entonces enterradas en rellenos, donde sus componentes tóxicos pueden filtrarse al suelo y a las napas de agua subterráneas. Los efluentes (líquidos) son en algunos casos tratados y luego descargados en lagos, arroyos, ríos y hasta en el sistema cloacal.En general, si se queman residuos peligrosos líquidos, las cenizas pueden alcanzar el 9% del volumen inicial de los residuos originales. Cuando los residuos son sólidos, las cenizas pueden ocupar un 29% del volumen inicial (Trenholm, 1984).Emisiones de la incineracióna) Residuos sin quemarLos residuos sin quemar son parte de los residuos originales y pueden liberarse al medio ambiente a través de la chimenea (como vapores o depositados sobre pequeñas partículas), por emisiones fugitivas, por derrames accidentales, como constituyentes de las cenizas de fondo o volantes y a través de los efluentes de los dispositivos de control de la contaminación.A pesar de su amplia distribución, sólo aquellos residuos sin quemar que se detectan a la salida de la chimenea son los que se consideran al momento de calcular la eficiencia de destrucción y eliminación de un incinerador (DRE) -el criterio más ampliamente utilizado para determinar y aceptar o rechazar la operación de un incinerador.b) Productos de Combustión IncompletaUn Producto de Combustión Incompleta (PIC) es cualquier compuesto que no haya sido identificado a través de los análisis de los residuos que alimentan el incinerador, pero que se encuentra en los gases de salida (Tessitore, 1990).Estos PICs, algunos de los cuales pueden ser más complejos que los residuos originales, son a veces más tóxicos y difíciles de destruir que los compuestos que les dieron origen. Las cantidades de PICs que se forman dependen de la composición de los residuos que se queman, las condiciones de combustión y -potencialmente- hasta de las condiciones meteorológicas.Los PICs formados durante las condiciones normales de operación y los volúmenes aún mayores formados durante desajustes del funcionamiento, son liberados al medio ambiente a través de la chimenea, en las cenizas y en los efluentes de los dispositivos de control de la contaminación. Los desajustes en la operación de los incineradores de residuos peligrosos ocurren frecuentemente aún en los más modernos y mejor manejados, y pueden provocar la formación de dioxinas y furanos policlorados.Las dioxinas y furanos policlorados (PCDDs y PCDFs) representan tal vez los PICs más preocupantes y existen altas probabilidades de que se produzcan en los procesos de combustión a altas temperaturas de prácticamente cualquier combustible con una base de carbono y en presencia de cualquier fuente de cloro.Las dioxinas y furanos merecen especial atención debido a su extremada toxicidad, persistencia en el ambiente y tendencia a bioacumularse.c) Metales PesadosLos metales pesados no pueden ser destruidos por el proceso de incineración. La misma cantidad de metales presente en los residuos a quemar es liberada al medio ambiente a través de la chimenea (en la forma de emisiones gaseosas o pequeñas partículas), en las cenizas volantes y de fondo o en los efluentes de los dispositivos de control de la contaminación.En algunos casos los incineradores cambian la forma física o química de los metales de su forma elemental a óxidos metálicos o complejos organometálicos; o de estado sólido a la forma de vapor o finas partículas. Estos cambios pueden resultar en un incremento de la toxicidad. Por ejemplo, los óxidos de cromo, hierro y zinc y ciertas formas organometálicas de mercurio, manganeso o níquel son más tóxicas que los metales en su forma elemental (Dreisbach, 1987).La distribución de los metales entre las emisiones aéreas de los incineradores, las cenizas de fondo y los residuos de los dispositivos de control de la contaminación está determinada por factores tales como temperatura, contenido de cloro en los residuos a incinerar y la eficiencia de los dispositivos de control de la contaminación.¿Qué daños produce la incineración en la salud?Las emisiones de los incineradores contienen muchos contaminantes que son tóxicos, persistentes y bioacumulativos. Luego de meses o años, aún trazas de estos compuestos pueden alcanzar concentraciones dañinas en los ecosistemas locales desde el punto de vista agudo o crónico para los seres humanos o para otras especies.Tanto a concentraciones altas como bajas, las sustancias contenidas en las emisiones de las incineradoras pueden afectar la salud pública y ambiental. Ciertos productos contaminantes emitidos por las incineradoras, tales como las dibenzodioxinas y dibenzofuranos policlorados ejercen efectos transmisibles por herencia sobre los sistemas fisiológicos de las especies, aún a dosis extraordinariamente bajas. Por ejemplo, no se ha podido establecer la existencia de niveles de exposición a determinados productos por debajo de los que no se vean efectos sobre el organismo (niveles conocidos como umbrales de seguridad).Es el caso del impacto de la 2,3,7,8 tetraclorodibenzodioxina (TCDD) sobre el sistema reproductor y el desarrollo (Streisinger, 1980 y Kimmel, 1987) así como sobre el sistema inmunológico (Sonawane, 1987). Otro ejemplo es el efecto que sobre el sistema nervioso y el desarrollo tiene el plomo (Needleman, 1989 y Needleman, 1980), y para cuya exposición tampoco ha podido establecerse el umbral de seguridad.Se cree que el efecto cancerígeno y mutagénico de un producto químico sigue una pauta de comportamiento que no contempla un umbral de seguridad, de manera que incluso una molécula del producto cancerígeno o mutagénico puede iniciar un proceso de mutación o multiplicación celular que degenere en enfermedad (Kamrin, 1988 y Epstein, 1989). Algunos investigadores han sugerido este tipo de impacto sin umbral de seguridad en el caso de efectos neurotóxicos (USOTA, 1990), de alteración del desarrollo (Shane, 1989) y del sistema reproductor (Shane, 1989), asociados a la exposición a cualquier producto químico sintético.
Capítulo IV de la Ley 24.051.Art. 22.- Todo generador de residuos peligrosos es responsable, en calidad de dueño de los mismos, de todos los daños producidos por estos, en los términos del cap. VII de la presente Ley.Capitulo VII: DE LAS RESPONSABILIDADESArt. 47.- El dueño o guardián de los residuos peligrosos no se exime de responsabilidad por demostrar la culpa de un tercero de quien no debe responder, cuya acción pudo ser evitada con el empleo del debido cuidado y atendiendo a las circunstancias del caso.Art. 48.- La responsabilidad del generador por los daños ocasionados por los residuos peligrosos no desaparece por la transformación, especificación, desarrollo, evolución o tratamientos de éstos, a excepción de aquellos daños causados por la mayor peligrosidad que un determinado residuo adquiere como consecuencia de un tratamiento defectuoso realizado en la planta de tratamiento o disposición final.
Qué implica la incineración de residuos tóxicos?
La incineración, como tecnología de tratamiento y disposición final de residuos peligrosos, está siendo cuestionada cada vez más por la creciente evidencia científica que vincula algunas de sus emisiones con graves efectos sobre la salud humana: defectos en el sistema inmunológico, malformaciones congénitas, distintos tipos de cáncer, problemas en el sistema nervioso, etcétera.Las incertidumbres sobre la tecnología de la incineración, así como la creciente evidencia sobre los efectos de sus emisiones sobre la salud deben servir para que se tomen medidas inmediatas tendientes a impedir la migración masiva de esta tecnología a la Argentina.
Emisiones y residuos de las incineradoras
La incineración de residuos peligrosos a altas temperaturas libera al medio ambiente residuos sin quemar, metales pesados, y productos de combustión incompleta (PICs) - compuestos que se forman durante el proceso de incineración-. Estos contaminantes se distribuyen en el medio ambiente por los siguientes caminos:- emisiones de la chimenea;- emisiones fugitivas;- cenizas de fondo y volantes;- efluentes provenientes de los dispositivos de control de la contaminación (torre lavadora de gases, filtros, quench);- derrames que puedan ocurrir en el lugar o durante el transporte de los residuos.Si además existen filtraciones, pérdidas, o accidentes durante el transporte habrá más emisiones de compuestos tóxicos al ambiente.Además de quemar residuos, los incineradores los producen: cenizas de fondo que quedan en el incinerador, cenizas volantes que son capturadas por los dispositivos de control de la contaminación y efluentes líquidos provenientes de la planta de lavado de gases.Cuanto más efectivos son estos dispositivos en evitar que los compuestos tóxicos salgan por la chimenea, más contaminados serán los residuos del incinerador (cenizas y efluentes). Las cenizas deben ser entonces enterradas en rellenos, donde sus componentes tóxicos pueden filtrarse al suelo y a las napas de agua subterráneas. Los efluentes (líquidos) son en algunos casos tratados y luego descargados en lagos, arroyos, ríos y hasta en el sistema cloacal.En general, si se queman residuos peligrosos líquidos, las cenizas pueden alcanzar el 9% del volumen inicial de los residuos originales. Cuando los residuos son sólidos, las cenizas pueden ocupar un 29% del volumen inicial (Trenholm, 1984).Emisiones de la incineracióna) Residuos sin quemarLos residuos sin quemar son parte de los residuos originales y pueden liberarse al medio ambiente a través de la chimenea (como vapores o depositados sobre pequeñas partículas), por emisiones fugitivas, por derrames accidentales, como constituyentes de las cenizas de fondo o volantes y a través de los efluentes de los dispositivos de control de la contaminación.A pesar de su amplia distribución, sólo aquellos residuos sin quemar que se detectan a la salida de la chimenea son los que se consideran al momento de calcular la eficiencia de destrucción y eliminación de un incinerador (DRE) -el criterio más ampliamente utilizado para determinar y aceptar o rechazar la operación de un incinerador.b) Productos de Combustión IncompletaUn Producto de Combustión Incompleta (PIC) es cualquier compuesto que no haya sido identificado a través de los análisis de los residuos que alimentan el incinerador, pero que se encuentra en los gases de salida (Tessitore, 1990).Estos PICs, algunos de los cuales pueden ser más complejos que los residuos originales, son a veces más tóxicos y difíciles de destruir que los compuestos que les dieron origen. Las cantidades de PICs que se forman dependen de la composición de los residuos que se queman, las condiciones de combustión y -potencialmente- hasta de las condiciones meteorológicas.Los PICs formados durante las condiciones normales de operación y los volúmenes aún mayores formados durante desajustes del funcionamiento, son liberados al medio ambiente a través de la chimenea, en las cenizas y en los efluentes de los dispositivos de control de la contaminación. Los desajustes en la operación de los incineradores de residuos peligrosos ocurren frecuentemente aún en los más modernos y mejor manejados, y pueden provocar la formación de dioxinas y furanos policlorados.Las dioxinas y furanos policlorados (PCDDs y PCDFs) representan tal vez los PICs más preocupantes y existen altas probabilidades de que se produzcan en los procesos de combustión a altas temperaturas de prácticamente cualquier combustible con una base de carbono y en presencia de cualquier fuente de cloro.Las dioxinas y furanos merecen especial atención debido a su extremada toxicidad, persistencia en el ambiente y tendencia a bioacumularse.c) Metales PesadosLos metales pesados no pueden ser destruidos por el proceso de incineración. La misma cantidad de metales presente en los residuos a quemar es liberada al medio ambiente a través de la chimenea (en la forma de emisiones gaseosas o pequeñas partículas), en las cenizas volantes y de fondo o en los efluentes de los dispositivos de control de la contaminación.En algunos casos los incineradores cambian la forma física o química de los metales de su forma elemental a óxidos metálicos o complejos organometálicos; o de estado sólido a la forma de vapor o finas partículas. Estos cambios pueden resultar en un incremento de la toxicidad. Por ejemplo, los óxidos de cromo, hierro y zinc y ciertas formas organometálicas de mercurio, manganeso o níquel son más tóxicas que los metales en su forma elemental (Dreisbach, 1987).La distribución de los metales entre las emisiones aéreas de los incineradores, las cenizas de fondo y los residuos de los dispositivos de control de la contaminación está determinada por factores tales como temperatura, contenido de cloro en los residuos a incinerar y la eficiencia de los dispositivos de control de la contaminación.¿Qué daños produce la incineración en la salud?Las emisiones de los incineradores contienen muchos contaminantes que son tóxicos, persistentes y bioacumulativos. Luego de meses o años, aún trazas de estos compuestos pueden alcanzar concentraciones dañinas en los ecosistemas locales desde el punto de vista agudo o crónico para los seres humanos o para otras especies.Tanto a concentraciones altas como bajas, las sustancias contenidas en las emisiones de las incineradoras pueden afectar la salud pública y ambiental. Ciertos productos contaminantes emitidos por las incineradoras, tales como las dibenzodioxinas y dibenzofuranos policlorados ejercen efectos transmisibles por herencia sobre los sistemas fisiológicos de las especies, aún a dosis extraordinariamente bajas. Por ejemplo, no se ha podido establecer la existencia de niveles de exposición a determinados productos por debajo de los que no se vean efectos sobre el organismo (niveles conocidos como umbrales de seguridad).Es el caso del impacto de la 2,3,7,8 tetraclorodibenzodioxina (TCDD) sobre el sistema reproductor y el desarrollo (Streisinger, 1980 y Kimmel, 1987) así como sobre el sistema inmunológico (Sonawane, 1987). Otro ejemplo es el efecto que sobre el sistema nervioso y el desarrollo tiene el plomo (Needleman, 1989 y Needleman, 1980), y para cuya exposición tampoco ha podido establecerse el umbral de seguridad.Se cree que el efecto cancerígeno y mutagénico de un producto químico sigue una pauta de comportamiento que no contempla un umbral de seguridad, de manera que incluso una molécula del producto cancerígeno o mutagénico puede iniciar un proceso de mutación o multiplicación celular que degenere en enfermedad (Kamrin, 1988 y Epstein, 1989). Algunos investigadores han sugerido este tipo de impacto sin umbral de seguridad en el caso de efectos neurotóxicos (USOTA, 1990), de alteración del desarrollo (Shane, 1989) y del sistema reproductor (Shane, 1989), asociados a la exposición a cualquier producto químico sintético.
Leandro ALTOLAGUIRRE